Llevamos estudiando un
mínimo de catorce años y año tras años seguías el mismo ritual para ir a clase:
te levantabas lo más justa que pudieras, desayunabas a toda prisa para no
perder el autobús y “vegetabas” en clase. Y año tras año tus padres al volver de
clase te preguntaban “¿qué has hecho en clase?” a lo que tú siempre respondías
“nada” y eso hacíamos realmente porque aunque aprendiéramos éramos como
vegetales, estábamos en clase deseando que llegara la hora para poder ir al
recreo o poder irnos a casa.
Año tras año ocurría lo
mismo, no importaba el colegio o el curso, siempre eras uno más de una
multitud, daba igual si estabas deprimido o si eras el más feliz de la clase,
para el profesor solo eras uno más. Al contrario que en Children full of life ningún profesor se preocupa por lo que llevas
dentro y eso es algo matador. Cuando tienes algo malo dentro te va creciendo
poco a poco hasta que en un momento
estalla, no te deja dar lo mejor de ti mismo. Si para los profesores
dejáramos de ser una cifra a la que hay que meter en la cabeza algo a la fuerza
e intentaran conocer un poquito más a sus alumnos seguro que se sorprendían y
hasta aprendían de ellos, y así conseguirían mejores alumnos, clases más
alegres y un aprendizaje más rápido donde cada uno puede expresarse mejor. Es
algo extraordinario lo que ocurre en Children
full of life porque esos niños aprenden a exteriorizar sus sentimientos, a
que no es malo contar lo que te pasa y también aprenden empatía y esos son
valores que se están perdiendo y es algo que cuesta mucho volver a conseguir o
simplemente conseguir si no te enseñan o no te ayudan.
Parece que cuantas más
matemáticas o lengua sepas mejor serás como “persona” ya que parece que solo
les interesa eso. En España solo tenemos dos asignaturas artísticas, al
contrario que en otros países, que son plástica y música y ambas están en lo
más bajo de la jerarquía de las asignaturas “importantes”. Los profesores no te
enseñan a dibujar, no les interesa, les da igual si no somos capaces de dibujar
una casita o si no somos capaces de crear distancias dentro de un dibujo,
tampoco te enseñan a tocar un instrumento y ni siquiera te enseñan un poco de
baile en clase de gimnasia. Es como si creatividad estuviera infravalorada,
como si no interesase que la gente sea creativa. Alguien creativo es alguien
diferente a los demás, la creatividad te
da libertad, te hace libre y eso no interesa, solo quieren que seamos todos
iguales para poder manejarnos mejor. Esto me recuerda al libro de Aldous
Huxley, Un mundo feliz donde todos
están creados para una función designada. Cada vez queda menos gente con
inquietudes ya que como bien dice Ken Robinson, ahora los medican y todo vuelve
a la “normalidad” y aunque esa persona siga con esas inquietudes, hoy en día si
no tienes una carrera, eres un paria de esta sociedad.
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